En los años previos a la Guerra Civil y en pleno desarrollo del movimiento racionalista en toda Europa, el arquitecto José Arias Rodríguez-Barba, dejó en Ciudad Real una muestra de compromiso con la nueva modernidad y la renovación formal. A partir de la década de 1920, más intensamente en época republicana y durante más de cuarenta años, José Arias trabajó en la ciudad manchega. Destacan en su trayectoria construcciones que están a camino entre lo tradicional y la modernidad e influenciado por las vanguardias españolas.
Atendiendo a las pautas racionalistas, los edificios dejaron de tratarse como elementos individuales cuyos valores más destacables eran la estética y la decoración –propias del estilo modernista de principios del siglo XX-. Se comenzó a mostrar interés por el entorno, el ambiente, la higiene y el territorio, aceptándose la estética racionalista y su horizontalidad, sencillez estilística y apertura del espacio interior. Esto supuso una disociación entre función y forma, acentuada con la desornamentación y el interés por borrar las huellas estilísticas del pasado. La rotonda en esquina o ciertos elementos curvos y la inspiración en los rascacielos neoyorquinos y en el expresionismo alemán son rasgos evidentes en estas construcciones, especialmente en el caso del edificio de la Cámara de la Propiedad Urbana (1943); presenta una imagen maquinista y aerodinámica propia del racionalismo anterior a la Guerra, a pesar de ciertos toques decorativos academicistas, aunque geometrizados. Aun habiéndose construido en plena etapa autárquica, momento de crisis para el racionalismo en toda Europa y en el que las artes sufrieron la imposición del gusto clasicista y neoimperialista del régimen franquista, este edificio es una muestra de eclecticismo moderno, es decir, una arquitectura propiamente moderna pero que sigue patrones e influencias de líneas tradicionalistas. Es una muestra de que la Guerra Civil no supuso una ruptura total con la primera fase del movimiento racionalista a nivel internacional.
Cámara de la propiedad urbana. Arquitecto: José Arias Rodríguez-Barba, 1943, Ciudad Real
Esta unificación formal tiene como resultado un evidente paralelismo estético entre algunos de los edificios realizados por Arias cuyas funciones son totalmente opuestas como son equipamientos sanitarios, administrativos o viviendas. La Casa de Socorro (1931), la Casa Fuertes (1932) y la Cámara de la Propiedad Urbana son una buena muestra de ello y de la escasa y actualmente conservada, interesante presencia en Ciudad Real, de edificios que defendían unos nuevos principios de ver y vivir la arquitectura, ligados a la defensa de unos valores de alcance y proyección internacional.
Casa de socorro. Arquitecto: José Arias Rodríguez-Barba, 1931, Ciudad Real
Casa Fuertes. Arquitecto: José Arias Rodríguez-Barba, 1932, Ciudad Real
“La última huella racionalista” por Silvia García
*Fotografías realizadas en 2013 por Víctor A. López
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